Apólogo: Es una breve fábula o historia alegórica que sirve
de vehículo para una doctrina moral o contiene alguna lección útil.
De origen oriental, en España se introduce gracias a los árabes, de allí pasó
al hebreo, latín y lenguas romances. Pedro Alfonso de Huesca, hebreo español,
fue el primero que lo dio a conocer a la Europa cristiana en su obra Disciplina
clericalis. En épocas contemporáneas, Luis Martín Santos (Larache 1924-1964),
tituló "Apólogos" a una serie de relatos que dejó inéditos.
LOS
OJOS CULPABLES
Fuente de la imagen: Internet |
Cuentan que un hombre compró a una muchacha por
cuatro mil denarios. Un día la miró y se echó a llorar. La muchacha le preguntó
por qué lloraba; él respondió:
-Tienes tan bellos los ojos, que me olvido de
adorar a Dios.
Cuando quedó sola, la muchacha se arrancó los
ojos. Al verla en ese estado, el hombre se afligió y le dijo:
-¿Por qué te has maltratado así? Has
disminuido tu valor.
Ella respondió:
-No quiero que haya nada en mí que te aparte
de adorar a Dios.
A la noche, el hombre oyó en sueños una voz
que le decía: «La muchacha disminuyó su valor para ti, pero la aumentó para
nosotros y te la hemos tomado». Al despertar, encontró cuatro mil denarios bajo
la almohada. La muchacha estaba muerta.
Ah´med ech Chiruani, H´adiquat el Afrah
Jorge Luis
Borges y Adolfo Bioy Casares, Cuentos breves y extraordinarios (1957),
Barcelona, Losada, 2004, pág. 70
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